Hoy reflexionamos sobre dos grandes lecciones de vida: la mayordomía y la mejora continua.
Primero, la Parábola de los Labradores Malvados. Jesús nos recuerda que la vida es un préstamo. No somos dueños de nada: ni de nuestras posesiones, ni de las personas que amamos, ni siquiera de nuestro tiempo. Todo nos ha sido dado temporalmente, y un día tendremos que rendir cuentas por cómo lo administramos.
Un ejemplo conmovedor es la historia de Luis Enrique, exentrenador del Barcelona, quien perdió a su hija por cáncer. A pesar del dolor, entendió que su hija fue un regalo temporal. Y eso es parte de la vida: aprender a valorar lo que tenemos mientras lo tenemos.
Luego conectamos este concepto con la mejora continua del 1%. Inspirados por el equipo de ciclismo de Inglaterra y su director Dave Brailsford, vemos cómo pequeñas mejoras en todas las áreas pueden generar un cambio enorme. Ellos lo aplicaron a la alimentación, el entrenamiento y hasta la calidad de las almohadas donde dormían. ¿Resultado? 16 medallas olímpicas y 5 Tours de Francia en 6 años.
¿Qué pasa si aplicamos este principio en nuestra vida y en nuestra fe? ¿Y si cada día buscamos mejorar solo un 1% en cómo cuidamos lo que Dios nos ha prestado?
La clave está en valorar, cuidar y mejorar. Porque al final, la vida no se trata de lo que tenemos, sino de lo que hacemos con lo que se nos ha dado.
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