Recientemente escuchaba una plática donde se meditaba sobre cómo vivimos lo que podríamos llamar “vidas paralelas”. Es decir, imaginamos constantemente qué hubiera pasado si tomábamos decisiones distintas: ¿Y si hubiera estudiado otra carrera? ¿Si me hubiera casado con otra persona? ¿Si no hubiese nacido con esta falencia?
Este fenómeno es más común de lo que creemos. En psicología se le conoce como pensamiento contrafactual.
¿Qué es el pensamiento contrafactual?
El pensamiento contrafactual ocurre cuando imaginamos realidades alternativas a lo que ha ocurrido. Este puede ser de dos tipos:
Contrafactual ascendente: imaginamos un escenario mejor que el actual. Por ejemplo: “si hubiese estudiado medicina, hoy sería millonario”.
Contrafactual descendente: imaginamos cómo pudo haber sido peor. Por ejemplo: “si no hubiese frenado, el accidente habría sido fatal”.
Este tipo de pensamiento es una estrategia adaptativa: nos permite aprender de errores, fomentar la autorreflexión y reducir emociones negativas. Como dijo Søren Kierkegaard:
“La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante.”
Sin embargo, cuando este pensamiento se vuelve repetitivo, se convierte en una estrategia desadaptativa. Empezamos a rumiar el pasado, a paralizarnos ante decisiones, y a experimentar culpa, frustración o ansiedad.
Cuando imaginar escenarios se convierte en un obstáculo
Existen varios efectos psicológicos negativos relacionados con el pensamiento contrafactual excesivo:
Parálisis por análisis: imaginar tantos escenarios que nunca decidimos.
Ilusión de control: intentamos controlar todo por miedo a volver a fallar.
Disonancia cognitiva: la distancia entre lo que esperábamos de la vida y lo que realmente es.
Aversión al arrepentimiento: por miedo a equivocarnos, evitamos elegir.
El académico Neal Roese (1997) encontró que el pensamiento contrafactual repetitivo está fuertemente vinculado con la rumiación, un patrón mental que incrementa el riesgo de depresión y ansiedad. Asimismo, Watkins (2008) mostró que las personas perfeccionistas o muy autocríticas son especialmente vulnerables a este tipo de pensamiento.
Por su parte, el estudio MIDUS, realizado con más de 3,000 adultos entre 40 y 50 años, demostró que quienes reportan niveles altos de arrepentimiento tienden a tener un bienestar psicológico significativamente menor. Esto coincide con la investigación de Gilovich y Medvec (1995), quienes encontraron que los arrepentimientos por omisión (“lo que no hice”) suelen ser más persistentes y dolorosos a largo plazo que los de comisión (“lo que sí hice”).
La solución: soltar y vivir el presente
Nos estorbamos emocionalmente al vivir entre lo que pudo ser y lo que podría ser. Sufrimos más en la imaginación que en la realidad, como bien lo señaló Séneca:
“No nos duele lo que sufrimos, sino nuestra opinión sobre ello.”
(Cartas a Lucilio, LXXVIII)
Debemos recordar que nunca sabremos si aquel otro camino hubiese sido mejor o peor. Tal vez ese trabajo que no conseguiste habría arruinado tu salud. Tal vez esa relación perdida habría bloqueado tu crecimiento. Tal vez ese proyecto soñado te habría llevado a la ruina.
El punto es que no lo sabrás. Pero puedes confiar en que, si estás aquí, hay algo que aprender. Como dijo Steve Jobs en su famoso discurso en Stanford:
“No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes conectarlos mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro.”
Vivir en libertad es aceptar la incertidumbre
La vida no se vive en línea recta del punto A al punto B. Es un camino que se transforma conforme lo recorremos. Vivir plenamente es aceptar el hoy con gratitud y fe. Es saber que no todo lo que deseas es bueno para ti, y que a veces, no obtener lo que quieres es lo que salva tu vida.
Referencias Bibliográficas
Gilovich, T., & Medvec, V. H. (1995). The experience of regret: What, when, and why. Psychological Review, 102(2), 379–395. https://doi.org/10.1037/0033-295X.102.2.379
Kierkegaard, S. (1843). Diario de un seductor / Either/Or (traducción consultada según edición en español, varias ediciones disponibles).
Roese, N. J. (1997). Counterfactual thinking. Psychological Bulletin, 121(1), 133–148. https://doi.org/10.1037/0033-2909.121.1.133
Séneca. (ca. 65 d.C.). Cartas a Lucilio (Epístola 78). Traducción de ediciones modernas. Disponible en varias colecciones de filosofía estoica.
Steve Jobs. (2005). Discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford. Disponible en: https://news.stanford.edu/2005/06/14/jobs-061505/
Watkins, E. R. (2008). Constructive and unconstructive repetitive thought. Psychological Bulletin, 134(2), 163–206. https://doi.org/10.1037/0033-2909.134.2.163
MIDUS (Midlife in the United States) Study: Brim, O. G., Ryff, C. D., & Kessler, R. C. (Eds.). (2004). How Healthy Are We? A National Study of Well-being at Midlife. University of Chicago Press.
Es tan enriquecedor cada tema que explicas, simplemente me encanta
Gracias, Mauricio, por compartir tu luz y tu sabiduría en este espacio. Tus palabras resuenan profundamente y nos invitan a mirar hacia adentro.
Espero poder estar en su conferencia.